Mientras intento escribir sobre la poesía, lentamente van aflorando en mi mente los recuerdos de mis años adolescentes, esos, donde los poemas de: Amado Nervo, Rubén Darío, Bécquer, despertaron en mí sensaciones mágicas, cada poema hacían que, la pasión, el deseo, el amor, me transportaran al país de los sueños, y con el intercambio de esas bellas poesías, surgió mi primer amor, ese amor dulce, tímido, sin palabras, soñador… recuerdo el día en que llegué a clase y sobre mi pupitre había una nota que decía: "Por tus ojos verdes, yo me moriría".
Me quedé sin palabras, mi corazón latía tan de prisa que me costaba respirar, hoy, me sigo quedando sin palabras, pero mi respiración es pausada, con cada suspiro voy recordando cada uno de esos momentos maravillosos, esos momentos vividos a través de la poesía con la intensidad de la adolescencia, quizá, ese sea el motivo por el cual siguen en mi mente.
La poesía me ha acompañado a lo largo de mi vida, en los buenos y no tan buenos momentos, sé que tengo una deuda con ella, me gusta leerla, pero me cuesta escribirla, tal vez, uno de estos días me decida y lo haga, y así, poder decir como Rúben Darío: "Amé y fui amada, Vida, nada me debes". ¡Vida, estamos en paz!