EL TEATRO COMO TERAPIA

Hoy en día ya no se discute la utilidad de las diferentes disciplinas artísticas (pintura, escultura, música, danza, teatro…) como terapia para canalizar, comprender y expresar emociones y sentimientos. Así mismo para resolver situaciones que se dan en la vida real y que pueden ser difíciles de afrontar y resolver.

Entre las muchas ventajas que tienen las artes en general y las artes escénicas en particular, está su enorme potencial al ser usada para el tratamiento en diversas alteraciones de conducta, niños y adultos con síndrome de Down y personas afectadas por procesos de enfermedades mentales, entre otros. Y es a este último apartado al que quiero dedicar las líneas de este artículo.

Cada vez preocupa más a la sociedad el alto número de población que padecen enfermedades que afectan a los procesos cognitivos y volitivos, y que, desgraciadamente, muchos acaban en suicidio. Tanto en los programas de prevención como en los de tratamiento, las artes dramáticas se han significado como una magnífica herramienta tras haber sido puestos en práctica y alcanzar resultados muy positivos.

En términos generales el teatro influye en la forma de manejar las emociones tanto negativas (la rabia, la soberbia, la vanidad, el egoísmo, la culpa…) como positivas (la serenidad, la esperanza, el orgullo, el interés, la gratitud…) y permiten un entrenamiento natural de capacidades cognitivas de memoria, atención, procesos de organización de tareas y, muy especialmente, la escucha activa. Especialmente valioso es el impacto en la autoconfianza, la autoestima y el desarrollo de habilidades interpersonales para el trabajo en equipo. También ayuda a desarrollar mecanismos de improvisación, a aprender a desenvolverse, a ser rápidos y resolutivos.

De modo que podemos ver como se trabajan aspectos como la comunicación verbal y no verbal, la expresión gestual y corporal, el manejo de la voz: vocalización, intención y proyección; la mirada, el control del ritmo, y de la atención, dejar que las emociones se puedan transmitir, la creación y modificación de atmósferas, el discurso: convencer, apasionar, emocionar, etc., el autoconocimiento a través del teatro y la expresión corporal, la toma de conciencia del propio cuerpo, y de las potencialidades personales, y la relación con uno mismo, con los demás y con el entorno.

El teatro también estimula el sentido del humor, el trabajo en equipo, y hasta la generosidad. (Se han realizado estudios en diversas patologías y circunstancias: trastornos de la conducta alimentaria, trastorno del espectro autista, abuso de sustancias, demencias, episodios psicóticos iniciales y otros varios problemas de salud mantal) experimentándose diferentes porcentajes de mejoría. En la demencia sugirieron unos efectos positivos inmediatos en el estado de ánimo de las personas y, a más largo plazo, menos aislamiento social y una mejora de la expresión creativa, la comunicación y el placer. Algunos de los otros trastornos estudiados fueron el trastorno bipolar, la esquizofrenia, la depresión, la ansiedad y los trastornos de la personalidad límite y esquizoide. En todos ellos, se observó una mejora significativa de la autoestima, el autoconocimiento, la diversión, la relajación y la empatía. Otros estudios más recientes confirmaron los resultados anteriores y sugirieron que el teatro tiene beneficios en los ámbitos cognitivo, emocional y social, y los pacientes desarrollaron una comprensión más profunda de sus estados psicológicos y nuevos mecanismos de adaptación. Además, experimentaron una transformación de la identidad individual y colectiva al desarrollar un mayor sentido de pertenencia y empoderamiento, seguridad y responsabilidad.

Otros estudios evidencian que la práctica de actividades de teatro mejora la comunicación, la entereza para afrontar comentarios ajenos y a aceptarse a uno mismo, reduce los niveles de estrés y ansiedad, logrando una mejor percepción social que les ayuda a ser más empáticos y a comunicarse socialmente, lo que les permite adaptarse mejor al entorno.

Esta actividad aleja de la soledad y el aislamiento social, da sensación de libertad, ayuda a vencer la introversión y la timidez y a aprender a hablar en público. Establece vínculos y favorece la recuperación de la autonomía personal.

Como resultado, mejora la calidad de vida de los pacientes.

Actores y actrices muy conocidos han aportado su granito de arena reconociendo que han padecido problemas mentales en algún momento de su vida, normalizando de este modo la aceptación de estas patologías y que cada día resulten menos estigmatizantes.

Ahora quiero contarles una experiencia práctica de esta apuesta por el teatro a cargo de dos asociaciones de personas afectadas por este grupo de patologías: La Asociación Canaria de Integración de Salud Mental ESPIRAL y la Asociación Bipolar de Las Palmas ABILAP que unidas emprendieron un hermoso proyecto para poner en escena una obra escrita, dirigida e interpretada por integrantes de ambas asociaciones, que además refleja situaciones muy cercanas a su día a día como usuarios de servicios médicos de salud mental. La obra se tituló, a mi entender, muy acertadamente Un punto de locura, y la unión de ambas asociaciones para esta empresa se denominó Compañía EA, conlas iniciales de ambas. Tiene una música original, Orgullo loco, compuesta para el Día Internacional del Orgullo Loco, que es un “movimiento formado por usuarios, exusuarios  y supervivientes de los servicios de salud mental, que luchan contra estigmas, prejuicios y estereotipos, y reivindica la inclusión social y la igualdad de derechos para las personas neurodivergentes a través de una nueva, diferente y positiva identidad «loca»”.

El argumento de la obra podría resumirse así:

Un lunes cualquiera, en un ambulatorio cualquiera, una trabajadora social, un enfermero y un médico se enfrentan a la dura tarea de atender a un número exagerado de pacientes de salud mental con sus múltiples peculiaridades y necesidades. En forma de parodia reflejan el hartazgo de profesionales, pacientes y familiares que no hallan la atención que precisan y los fallos de la red sanitaria en este terreno. También ponen el acento en temas tan controvertidos como la contención (atar con correas), tratamientos como el electroshock, el exceso de medicación, el suicidio… Mientras tanto se pasea por el escenario, como invisible a ojos de todos, la auténtica protagonista, “la locura”.

Les comparto el enlace en el que podrán ver la obra que se estrenó en el Centro Cívico de La Ballena, en Las Palmas y que esperan poder repetir en otros escenarios.


Paletas y pinceles

LETRAS CANARIAS

Gotitas de agua - JOSÉ ACOSTA

Artdeser - ESTEBAN RODRÍGUEZ

Reflexiones... y otros - LALI MARCELINO

Garabateando - ELENA PADRÓN

FRASES Y REFLEXIONES PARA AYER, HOY Y MAÑANA - ALBERTINE DE ORLEANS

Mi cuaderno de danzas - ISA HERNÁNDEZ

La magia del teatro - INA MOLINA

Amanece, que no es poco - ANGIE HERNÁNDEZ

Retratos de nuestros paisanos - JOSÉ LANTIGUA

Amar el amor - LANGE AGUIAR

El nido de la graja - EVA CASTILLO

El legado de los abuelos - TOÑI ALONSO

Desde mi balcón - JOSE LUIS REGOJO

Viajando por los versos - ROSA GALDONA

Alfarero de versos - EDUARDO GARCÍA

Memorias con historia - GLORIA LÓPEZ

Miscelánea tradicional - MOISÉS RODRÍGUEZ

Palabras del alma - BALBINA RIVERO

Contando canciones - MATALE AROZENA

Las retahilas de Candi - CÁNDIDA MEDINA

Hablando de amigos… - LUIS ALBERTO SERRANO

Sección infantil: Arcoiris de cuentos - TANIA RAMOS

Fuente de poetas

Fogata de relatos

Novedades literarias