A propósito de los propósitos

Con la llegada de un nuevo año reaparecen (como una de esas plagas estacionales) los anuncios de fármacos para dejar de fumar o bajar de peso, de suscripciones a colecciones de lo más variopintas, de abonos para gimnasios con ofertas tentadoras para ponerte en forma en quince días y un sinfín de propuestas que no vamos a enumerar ahora. Los expertos en mercadeo (me he propuesto no usar anglicismos y por eso no voy a utilizar marketing) y publicidad no dan puntada sin hilo y saben que muchos de nosotros nos hacemos buenos propósitos justo en estas fechas, cuando comienza una nueva vuelta al sol y pretendemos hacer borrón y cuenta nueva con todo lo que no hicimos o hicimos mal en el año que acaba. Es entonces cuando nos olvidamos de nuestra famélica fuerza de voluntad y volvemos a proponernos lo mismo que el año anterior, aquello que obviamente nos cuesta un mundo cumplir y que creemos que con pedirlo fervientemente a las uvas de Nochevieja se nos va a conceder como si habláramos con Aladino.

Servidora, como tanta gente, también ha caído en estas trampas y ha escrito largas listas de propósitos que apenas cumplió y que generaron una profunda sensación de fracaso, fracaso que normalmente lleva a agudizar los malos hábitos que queríamos erradicar. Por eso, este año me propuse (ya van dos propósitos) investigar un poco para saber cuál es la mejor manera de que los buenos deseos no se vuelvan venenosos. En mi investigación por la red informática mundial, descentralizada, formada por la conexión directa entre computadoras mediante un protocolo especial de comunicación (nótese mi esfuerzo en no emplear anglicismos), pude sacar algunas cosas en claro que quiero compartir con todo aquel que lea esto y se sienta en mi misma situación:

1.- Lo primero es definir qué es lo que queremos lograr o de qué mal hábito nos queremos deshacer. Según los expertos, tenemos más probabilidad de éxito a la hora de comenzar un hábito nuevo que cuando queremos dejar uno malo. En otras palabras, la forma en la que escribamos nuestro propósito influye y mucho. Es mejor escribir “voy a comer solo una galleta a la semana” que “no voy a probar el azúcar”.

2.- Mezclar objetivos trascendentes con otros más superficiales o mucho más fáciles de conseguir. Tachar de nuestra lista lo que hemos cumplido nos va a fortalecer la motivación.

3.- Plantearnos metas realistas. Nadie mejor que nosotros mismos conoce cuál es el límite al que podemos llegar, pero no hagamos trampas, siempre se puede ir un poco más allá.

4.- Dividir el año en períodos más cortos. Los planes a tan largo plazo suelen diluirse y quedar en nada.

5.- Revisión de los objetivos cada cierto tiempo con el fin de otorgarnos un pequeño premio o de aplicarles un reajuste más sensato.

6.- No caer en la frustración a mitad del camino. Si un mes no hemos logrado nuestros objetivos o nos hemos saltado alguna de las normas que nos autoimpusimos, no pasa nada. Es mejor volver a empezar que abandonar.

7.- Compartir el proyecto con alguna persona de confianza que sepamos que nos va a apoyar pero que también sea capaz de exigirnos un esfuerzo extra en los momentos de debilidad.

Espero que mi artículo de hoy sirva para que alguien se anime a hacer buenos propósitos. Si estamos por aquí a finales de 2024 compartiré mis logros y mis más que probables fracasos. Entre mis nuevos objetivos no está el de hacerme compartidora de contenidos exclusivamente positivos por la red informática mundial, descentralizada, formada por la conexión directa entre computadoras mediante un protocolo especial de comunicación.

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Paletas y pinceles

LETRAS CANARIAS

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Desde mi balcón - JOSE LUIS REGOJO

Viajando por los versos - ROSA GALDONA

Memorias con historia - GLORIA LÓPEZ

Mi cuaderno de danzas - ISA HERNÁNDEZ

Palabras del alma - BALBINA RIVERO

La magia del teatro - INA MOLINA

La voz de Arico - MARÍA GARCÍA

Amar el amor - LANGE AGUIAR

Amanece, que no es poco - ANGIE HERNÁNDEZ

Hablando de amigos… - LUIS ALBERTO SERRANO

Retratos de nuestros paisanos - JOSÉ LANTIGUA

Gotitas de agua - JOSÉ ACOSTA

Bailes tradicionales canarios - LUISA CHICO

Artdeser - ESTEBAN RODRÍGUEZ

Bajo un nudo en la garganta - ANA GUACIMARA HERNÁNDEZ

Epistolar - INMA FLORES

Garabateando - ELENA PADRÓN

Sección infantil: Arcoiris de cuentos - TANIA RAMOS

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