Recientemente, conocí una noticia de esas que te reconfortan. Se trata de una experiencia más en la que el teatro se utiliza como herramienta para la resocialización, concretamente en las cárceles de mujeres.
La reinserción social de las personas privadas de libertad es un fin perseguido por el sistema penitenciario y una obligación del Estado, quien debe proporcionar a los reclusos aquellos mecanismos precisos para reintegrarse asertivamente en la sociedad. Trabajo, educación, salud, deporte… forman parte de ese conjunto de posibilidades que se brindan a los internos, pero también actividades artísticas y lúdicas como la danza y el teatro son demostradamente útiles, pedagógicas y coadyuvantes para los fines que se persiguen.
La comunicación, la empatía, la cooperación, el esfuerzo para conseguir un fin común, y la integración, ayudan a la readaptación social y al abandono de conductas delictivas.
Esta experiencia se ha realizado en diversas cárceles de España, pero también en diversos países europeos como Francia y Alemania, y de Latinoamérica, como los llevados a cabo en Chile y Argentina.
El teatro aporta esa libertad de la que carecen las internas para expresar sentimientos y emociones a través de los personajes encarnados, así como otros valores como la tolerancia y el respeto a los demás.
La compañía de teatro Yeses fue creada en 1985 por Elena Cánovas, una funcionaria de prisiones que comenzó su experiencia con presas en la antigua cárcel de Yeserías en Madrid, pasando más tarde a la prisión de Carabanchel Mujeres y, por último, al Centro Penitenciario de Madrid I Mujeres, en Alcalá de Henares. Y es en este centro donde se ha realizado con éxito la última experiencia de Cánovas con la obra “Hijas de la comedia”, una comedia fantástica en la que el poeta Ovidio junto con la diosa Venus viajan en el tiempo y crean una compañía de teatro femenina en la corte española del S. XVII
A través de situaciones humorísticas y cargadas de crítica, nos dan a conocer la situación de la mujer en ese período de la historia y denuncian las dificultades a las que se enfrentaban las féminas que se dedicaban al teatro en esos momentos: injusticia, desigualdad de oportunidades y actitudes machistas. Al mismo tiempo que reivindican, mueven conciencias, y emocionan con la aportación de poesía y música.
La obra escrita por Julieta Soria y dirigida por Elena Cánovas, y que cuenta con la intervención de dos actores masculinos profesionales: Rubén Cobos y Diego Vélez, fue estrenada el pasado 20 de octubre en el Teatro Pavón de Madrid.
Nuestra más sincera enhorabuena a Elena Cánovas por este proyecto, mantenido a lo largo de casi cuatro décadas y con una cincuentena de títulos llevados a escena. Una gran y esperanzadora labor de reinserción con el vehículo del arte dramático que tantos beneficios aporta a diversos colectivos en peligro de exclusión social.