El canario

Después de hablar en el número pasado de uno de los bailes más antiguos de las islas, hoy comenzaremos dando un paseo cronológico por nuestros bailes a partir de aquellos de los que sí existe información documentada, como es el caso del famoso baile EL CANARIO.

Las primeras noticias que nos llegan sobre la existencia de este baile provienen del siglo XVI.

En 1602 aparece en Milán el primero de los dos tratados que escribe Cesare Negri, discípulo de Caroso, dedicándolo a Felipe III, Rey de España, y en el cual se nombran dos danzas españolas: españoleto y canario. Ya hacían referencia a él los exploradores portugueses en 1341, por lo que los historiadores y estudiosos del tema no parecen ponerse de acuerdo sobre la antigüedad ni tampoco sobre la procedencia real del mismo. Algunos de ellos, como Lothar Siemens, María Rosa Alonso o Sabino Berthelot, defienden la teoría de que la cuna de dicho baile fueron las Islas Canarias y que, probablemente, fuesen los aborígenes cautivos los que lo introdujeron en Europa a través de los mercados de esclavos españoles; otros, como Felipe Pedrell, ponen en duda dicha procedencia, si bien su teoría no parece estar muy bien documentada. ¿A quién debemos creer? Este tema, como tantos otros, probablemente quedará en nuestra historia sin posibilidad de aclaración.

De lo que sí podemos estar seguros es de que el pueblo guanche practicaba danzas rituales o festivas como ha hecho el ser humano en cualquier rincón de la tierra a través de la historia y, ¿quién pone en duda que la teoría de que una de esas danzas sirviese de base para que músicos y coreógrafos europeos creasen la danza denominada el canario sea cierta, y que esta retornase a las islas reformada y cortesana tal como la conocemos hoy?

El hecho de que en el último siglo dicha danza haya dejado de practicarse en las Islas nos impide conocerla con detalle. Gracias al canónigo de Langres, Jehan Taburot, que escribía en 1588 bajo el seudónimo de Thoinot-Arbeau su “Orchestographie”, en la cual describe melodías y pasos de baile muy practicados en los salones europeos de la época, podemos hoy recrear algunos fragmentos de El canario, que en el siglo XVI estuvo tan de moda en las Cortes europeas, sobre todo en la francesa de Luis XIV y en los salones de la aristocracia alemana.

Thoinot-Arbeau describe el canario de la siguiente forma: “Un joven toma a una dama y bailando con ella al compás de una melodía conveniente, la conduce al extremo del salón. Esto hecho, vuelve el sitio desde donde empezó, mirando mientras tanto a la dama. Luego se dirigió nuevamente hacia ella, efectuando ciertos pasajes, y una vez realizado esto, se vuelve como antes de su lugar. Entonces la dama viene y efectúa lo mismo frente a él, volviendo después al lugar donde estaba y ambos continúan estas idas y venidas tantas veces como la diversidad de los pasajes se lo permite. Y advertí que estos pasajes son animados, aunque extraños y fantásticos, pareciendo en gran manera a la danza de los salvajes”.

Escueta descripción que no nos permite conocer bien los pasos y evoluciones de los danzantes en lo que él denomina pasajes, pero que sí nos puede servir de apoyo básico para hacernos una idea de la estructura coreográfica del mismo. Y continúa diciendo Arbeau: "El resto de esta danza se baila de la misma manera ya expuesta, durante todo el tiempo que el bailarín continuó los movimientos frente a su pareja, yendo hacia delante y retrocediendo para concluir en la posición original. Y advertí que para un segundo pasaje, en lugar de los golpes con los pies, puede hacer una "grue" muy alta (el danzante salta sobre un pie y en el acto levanta el otro y lanza la punta hacia adelante, como si quisiera dar un puntapié a alguien, la deja caer hasta el piso y la arrastra hacia atrás por en suelo, comose quisiera aplastar una araña)".

¿Por qué dejó de practicarse esta danza en las Islas? Probablemente debido a la dificultad de su ejecución, la cual requería una gran destreza y agilidad en los danzantes.

En el siglo XVII sufre diferentes transformaciones: su compás binario pasa a ser ternario gracias a los ensayos realizados por el musicógrafo Marino Mersenne, cuyo libro fue publicado en 1636. Entre 1666 y 1686 adopta un esquema de 6/8, aunque conserva el mismo ritmo, adaptación realizada por Juan Bautista Lully. En 1699, Destouches emplea la fórmula 3/8 sobre el mismo ritmo. A partir del siglo XVIII pasa a confundirse definitivamente con la giga.

La esencia del canario pervive hoy reflejada en el sirinoque palmero. Aunque estudiosos del tema coinciden en afirmar que el tajaraste, tango herreño y corrido pueden proceder también de él.

Otro baile con reminiscencias guanches, que nombran en sus escritos algunos autores, es el llamado zapateo o zapateado, danza que ejecutaban los guanches y de la cual se piensa que puede estar directamente emparentada con el canario, aunque en alguno de esos libros la definen como una danza que junto al canario y al fandango eran los ritmos más bailados por entonces.

En todo caso, la escasez de datos fiables y la diversidad de teorías y opiniones que los diferentes autores desgranan a través de sus obras y estudios, en lugar de aclararnos las ideas, tienden a confundirnos aún más. Desde estas páginas no pretendemos ponernos a favor de unos y en contra de otros, simplemente queremos dejar reflejado un pequeño apunte histórico sobre nuestras más ancestrales danzas.

En el siglo XIX se dejan de practicar en las islas, si bien en los últimos años algunos grupos folclóricos han intentado recrear un fragmento de El canario incluyéndolo en su repertorio, como es el caso del Grupo Taifa de Las Palmas de Gran Canaria, Los Sabandeños, Tajaraste y más recientemente el grupo Asio en Tenerife.

Sin embargo los que pudieran ser sus descendientes directos, el sirinoque de La Palma, los tajarastes, tangos, etc. continúan formando parte hoy en día de los bailes practicados en las islas.


Información tomada del libro que escribí junto a Diego Felipe NUESTROS BAILES PASO A PASO.


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Paletas y pinceles

LETRAS CANARIAS

Caricaturas, papel y tinta - NÉSTOR DÁMASO DEL PINO

Desde mi balcón - JOSE LUIS REGOJO

Gotitas de agua - JOSÉ ACOSTA

Viajando por los versos - ROSA GALDONA

Bailes tradicionales canarios - LUISA CHICO

Artdeser - ESTEBAN RODRÍGUEZ

El pejeverde - Raquel Reyes

La magia del teatro - INA MOLINA

FRASES Y REFLEXIONES PARA AYER, HOY Y MAÑANA - ALBERTINE DE ORLEANS

Epistolar - INMA FLORES

Nopasaeltiempo - CARMELO G. GLEZ. ZERPA

Retratos de nuestros paisanos - JOSÉ LANTIGUA

Tradiciones - ISABEL GONZÁLEZ

El nido de la graja - EVA CASTILLO

Sección infantil: Arcoiris de cuentos - TANIA RAMOS

Mi cuaderno de danzas - ISA HERNÁNDEZ

Hablando de amigos… - LUIS ALBERTO SERRANO

La memoria intacta - MARÍA DE LA LUZ

Contando canciones - MATALE AROZENA

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Las retahilas de Candi - CÁNDIDA MEDINA

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