La convivencia

¿Qué entendemos por una convivencia buena, fácil y positiva?...

Tenemos la creencia que aquella convivencia en la que no hay desavenencias, no hay pugnas, no se discute, no nos pone en un compromiso, ni en un aprieto, en la que no tenemos desencuentros, no nos desordenamos, no tenemos percepeciones distintas y además estamos de acuerdo en casi todo, somos afines en gustos, colores y formas... es una muy buena convivencia... ¿es eso verdad?...

Hemos de preguntarnos, ¿es eso una buena convivencia o una convivencia fácil?, ¿es una convivencia favorable o una convivencia controlada?, ¿es una convivencia positiva o una convivencia previsible?...

¿Cuántas veces al hacernos la pregunta de cómo ha sido nuestra convivencia, nuestra respuesta es que fue fácil de convivir con ese Ser, porque era afable, de buen carácter y de buen trato, nunca nos generó una dificultad, ni disparidad, ni se puso en oposición, ni disidencia…? Además lo respondemos sin tener duda alguna, de manera firme y rotunda,... Es fácil definir buena convivencia, solo a lo que se refiere al trato interpersonal, el de tú a tú,... pero seguidamente, a continuación, una vez dicho eso, proseguimos manifestando lo poco que hacía en el hogar, lo muy cómodo que era, el gran estrés que eso nos producía, lo poco colaborador, lo poco participativo, lo poco integrado que estaba con la familia, lo poco transparente, el gran hermetismo para sus cosas, lo muy egoísta con el esfuerzo común, etc... y seguro que si seguimos pensando en la lectura de estas letras, nos daremos cuenta de mucho más..., por ejemplo de que nosotros éramos los que llevábamos el peso y la responsabilidad de la relación, de las labores de ambos,... en todos los sentidos posibles... y además también de la colada, de la comida, de ir al supermercado, de la limpieza, del mantenimiento,... e incluso en ocasiones hasta de la manutención y sus vicios, etc.

¿Es eso una convivencia buena, fácil y positiva?...

Debemos ser justos y empezar a observar que nuestra vida es un todo, para Crear Justicia con nosotros mismos.

Si no somos capaces de entender que una convivencia es un todo, no seremos justos con nosotros, por ende tampoco con los demás con los que convivamos y le seguiremos otorgando el título de buena convivencia a alguien que solo contentó nuestro ego, porque no nos mostraba desacuerdo, disconformidad, ni dificultad sino que alimentaba nuestro necesitado egocentrismo, porque no se manifestaba sino que asumía nuestra decisión, porque no desordenaba sino que atendía a nuestro orden emocional, porque no cuestionaba sino que vivía a través de nuestro encuentro...

Como bien decía mi abuela ¡hazte el bobo y te cargan!.

Seamos conscientes de ello, sino terminaremos cometiendo un grandísimo error y crearemos una gran injusticia en nuestra vida, asumiendo que en la vida los derechos y las obligaciones no son iguales para todos, sino distintos y diferentes, solo por nuestra cultura, educación o género,...

No nos engañemos y seamos fáciles de contentar en ese aspecto, basta que no nos creen conflictos, que no nos discutan, que a casi todo nos digan sí, aunque después no hagan nada... para que sintamos que la convivencia es buena, mientras nos partimos la espalda por hacernos responsables de todo, de lo nuestro y de lo que no nos corresponde...

¿A quién le hemos otorgado el trono del rey o reina, a aquel o aquella que nos contenta simplemente por hacer la convivencia de manera amistosa, tratable, y distendida?,... ¿Aunque no haga nada y tenga un comportamiento egoísta, sin compromiso, sin entender que lo que no hace él, alguien lo tiene que hacer?...

Vuelvo a insistir, seamos justos con nosotros y reconozcamos si ciertamente hemos tenido o tenemos una buena convivencia, una convivencia implicada, integrada, participativa, comprometida, solidaria, unificada, leal, amorable y sentida... en todas las labores, en las del hogar, en la educación de los hijos si los hubiera, en la manutención familiar, en las responsabilidades de la familia, en la toma de decisiones,... labores naturales todas de una Convivencia Común,... aunque en su proceso en algunas ocasiones estemos en contraposición, disconformes o dispares...

¡Así es la vida misma, un Proceso, un movimiento constante!...

Adquiramos el Compromiso de navegarlo juntos, de manera individual y sola, pero no individualista y en soledad.

No nos contentemos con una convivencia solo de trato agradable y no comprometida, por no salir de nuestra zona de confort y creer que eso es lo que nos encuentra a nosotros en una versión más elevada... No nos engañemos más contentando nuestro ego educado,...

Una convivencia que en ocasiones te remueve, te muestra luz y también la ausencia, que genera desencuentros, que crea desorden, también conflictos,... es una convivencia que está viva y en proceso de encuentro, de madurar y crecer Juntos.

Nos permite observarnos, elegir y ordenarnos en nuestra mejor versión,...

¡Nos permite evolucionar, encontrarnos a nosotros mismos!

Ese Ser con quien convivimos todo eso, SÍ que MERECE nuestro gran trono, el trono del Rey o Reina, aunque a veces nos muestre nuestro lado más amargo, el dolor de una verdad, el dolor de un descubrimiento, el dolor de una ceguera... Eso nos permite ver mucho más de nosotros, que lo que nos hubiéramos permitido en la zona confortable, esa a la que le otorgamos la etiqueta de buena convivencia, sí me refiero a la que he ido comentando, aquella que es solamente de trato agradable y protocolario, de quizás solo "amigos" compartiendo la idea de una relación...

Atrévete a vivir con alguien que te muestre tu complemento, aunque en ocasiones te desesperes y te frustres...

Con ese Ser vamos a vivir Tierra Santa, el lugar donde podemos vernos y observarnos a nosotros mismos, el lugar que nos permite el ENCUENTRO CON NOSOTROS, con nuestra Verdad.

Mis palabras no son verdades absolutas ni lo pretenden, por eso si a alguien le ofenden, de antemano le pido disculpas pues no lleva intención de juicio, solo expresan una percepción, la mía, mi experiencia, mi Vida...

ESPECIALES

Paletas y pinceles

LETRAS CANARIAS

Folclore canario

Lengua viva - PABLO MARTÍN LÓPEZ

El nido de la graja - EVA CASTILLO

Caricaturas, papel y tinta - NÉSTOR DÁMASO DEL PINO

Bailes tradicionales canarios - LUISA CHICO

Viajando por los versos - ROSA GALDONA

FRASES Y REFLEXIONES PARA AYER, HOY Y MAÑANA - ALBERTINE DE ORLEANS

Desde mi balcón - JOSE LUIS REGOJO

El legado de los abuelos - TOÑI ALONSO

La magia del teatro - INA MOLINA

Mi cuaderno de danzas - ISA HERNÁNDEZ

Hablando de amigos… - LUIS ALBERTO SERRANO

Memorias con historia - GLORIA LÓPEZ

La voz de Arico - MARÍA GARCÍA

Gotitas de agua - JOSÉ ACOSTA

Artdeser - ESTEBAN RODRÍGUEZ

Amar el amor - LANGE AGUIAR

La memoria intacta - MARÍA DE LA LUZ

Bajo un nudo en la garganta - ANA GUACIMARA HERNÁNDEZ

Contando canciones - MATALE AROZENA

Miscelánea tradicional - MOISÉS RODRÍGUEZ

Nopasaeltiempo - CARMELO G. GLEZ. ZERPA

Sección infantil: Arcoiris de cuentos - TANIA RAMOS

Desde la otra orilla

Tertulia Tamasma

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